miércoles, agosto 25, 2010

De las mujeres de verdad, las reales y las viejas ridículas que me arruinaron una buena noche de trova

En mis travesías defeñas terminé en lo que los ajenos llaman Una Peña, que es, según la definición, un lugar de libre expresión artística. Según mi experiencia es un bar de trova y cosas parecidas, pero yo qué sé.

Entre canciones de Silvio, Serrat, Cortez y algunos otros gritones, todos de muy alto vuelo, calibre y olor, me encontré viendo muy fijamente a la mujer que estaba en la mesa frente a mí. Me estaba dando la espalda (tristemente en sentido figurado) y lo que veía de ella era sus hombros rectos y lanzados hacia atrás, su cabello lacio, negro y largo cayendo sobre su espalda suave y el contorno de su talle, pero desde esa perspectiva y ante esa vista me parecía la mujer más real que había visto en mucho tiempo. Ésas fueron las palabras que resonaron en mi cabeza y que hacían que, de vez en cuando, me distrajera de la buena música y la cerveza deliciosamente fría que tenía enfrente (los que viven en el sur (de Villa de Seris pa'bajo) sabrán que en estas tierras olvidadas por Dios y donde la anarquía reina, donde el villano triunfa y el héroe limpia los establos, donde las peras son amargas y el Kepler es la persona más alegre en kilómetros a la redonda, donde uno pierde el hilo de lo que está diciendo por estar pensando en el Kepler... Bueno, el punto es que aquí abajo las bebidas las sirven ligeramente frescas, no al borde de la congelación, como debe ser).

Pero qué tenía esta mujer de real? Qué la hacía más real que cualquier mujer que haya visto, tocado, probado, enjuagado, exprimido y repetido? Eso es lo que ocupaba mi mente en esa fatídica noche de verano guacho -o sea sin deshidratación, ni alucinaciones inducidas por el calor ni miles de pesos en refrigeración-. Eso y los gritos desaforados de un wey ebrio -supongo- que gritaba "buena!" cada vez que comenzaban una canción que le gustaba, o sea todas.

Este concepto de mujer real de la que hablo, descubrí poco después esa noche, es la fantasía más arraigada en mi mente, tanto que me parecía más real que la potosina realidad (la palabra "potosí" tiene un significado interesante, pese a los que la ostentan). Se trata de una mujer perfecta en su imperfección, es decir que su conjunto de imperfecciones es el perfecto para mí. Es una mujer que nunca he visto y que hasta ese momento estaba seguro de que existía en algún lugar, en algún momento y que quizá podría encontrarla durante mi tiempo de vida.

Y entonces cuáles son sus imperfecciones perfectas? No lo sé y para propósitos de estas mamadas que escribo no tiene ni la menor relevancia. Curiosamente, y esto es todo lo que diré acerca de este tema, sus hombros, su espalda y su cabello parecen jugar un papel muy importante en la definición de la mujer real.

... Luego se paró a cantar la vieja y me regresó de una patada al ingle a la realidad. No es que hubiera algo particularmente mal con ella, es sólo que no era real, sino verdadera -y atractiva en su verdad, a decir verdad-. Era una mujer como tantas que escurren el nacho en cualquier parte del mundo. No era perfecta y sus imperfecciones tampoco lo eran y aunque cantaba regular, no movía el culo con un swing que derretía el hielo de las copas.

Ahora que sé que estoy esperando un imposible, todo debería ser sencillo. No puedo esperar a que algo que no existe llegue a mi vida sino que debo explorar a las mujeres de verdad. El problema surge cuando en vez de "explorar a" uno escribe "conformarme con". Si sé que existe una mujer, verdadera o no, que es Real, cómo puedo entonces conformarme con una que no lo es? Cómo puedo pasar el tiempo con una mujer que sé que no es la mejor que puedo imaginar? Cómo puedo arrejuntarme con una mujer verdadera si mis ojos están viendo el horizonte a ver si divisan a una real...?

Ah pero claro! Todo esto no habría pasado por mi mente si no fuera por lo que pasó cuando el segundo trovador -de bastante gracia y buena música- se fue. Triunfantes entran Betina y ... Otra a cantar. Y qué cantan estas dos matacuras? Pop. POP! Estamos en una Peña, disfrutando de De Vez en cuando la Vida y antes de que me dé cuenta están dos viejas ridículas cantando pop gringo, pero en español.

Luego se baja Betina. Otra se queda sola y se pone a cantar rolas que ella compuso. Esta vieja sí cantaba pop para adolescentes con letras que ella juraba que eran bien profundas y filosóficas. Ella estaba convencida de que la descripción que daba del dolor que le provocó el wey con el que andaba cuando finalmente se hartó de lo que Otra llama humor y la dejó por alguien más que no podía ser peor, era la más original del universo entero y que todos la ovacionaríamos de pie mientras los hombres le aventaban flores y las mujeres brasieres. Estamos hablando de una tipa de unos 25 a 30 años, no atractiva, cantando letras con un sonsonete insípido y palabras que era mucho menos interesantes, inteligentes y creativas de lo que la tipa creía. A qué chingados estamos jugando? Y luego la muy idiota, entre canción y canción, se soltaba hablando de pendejadas como los Grandes. El problema es que cuando no eres de los Grandes, tus pendejadas suenan como pendejadas. Por otro lado, cuando Sabina y Serrat decían pendejadas, yo me estaba muriendo de la risa.

Finalmente se baja ella y se sube Betina. De ella sólo diré que nosotros y los de otra mesa nos levantamos y nos fuimos en ese momento. La noche no podría salvarse aunque Milanés entrara en mallas y capa y las aniquilara con su retórica vengadora; Serrat llegara y las fulminara con su vibrato exacerbado; Sabina se las cogiera hasta la exhaución para luego escribir versos cínicos sobre ellas; si... bueno pues, ya.

8 comentarios:

Rociíto dijo...

Mencionas su pelo y espalda, la viste de frente? Espera, si es de verdad, perfecta en sus imperfecciones y todo eso, porque no le hablaste? No es como que abundan ese tipo de mujeres, las faldas, son una lotería no?

Dios Dios dijo...

Era de verdad pero no real.

Sí la vi de frente cuando se subió a cantar. De cualquier manera, la tipa venía con su tipo.

Fernando Celis dijo...

ahhh estuviste en el DF y no te reportaste????

Nunca me he parado por una Peña, ni sabía de su existencia. Pero bueno, a mí no me gusta la trova. Y aquí en el DF pasa mucho eso, gente sin "pudor" que se mete en "el papel" de artista. Los inconvenientes de una ciudad "progre" donde la gente tiene que comprender "tu arte".

Sobre lo que dices de ser verdadera pero no real, ahí te va una frase de Guadalupe Nettel que vino a mi mente después de leerte:

"...con tal de no morir de soledad, buscamos el sexo desaforado o maniático, pero intenso, siempre en pos de la pareja perfecta, esa a la que nuestros cónyuges se asemejan pero de manera imperfecta."

Saludos!

gabo dijo...

"progre" la palabra del mes para el fer jajaja

Fernando Celis dijo...

jaja en realidad es de las palabras que más uso Gabo, desde mucho tiempo ha.

si quieres caer mal hay que utilizar esas palabras. Más ahora que ser progre está de moda

LanthanumHexaboride dijo...

Porqué "Betina"?

Dios Dios dijo...

Porque así se llamaba la tipa. La otra no recuerdo cómo se llamaba.

Alejandro Estrada dijo...

Y donde estabas, no en San Luis verdad? en caso positivo pues pasa la direccion no?
Y yo tratando de escribir por lo menos normal, no como la compañera de Betina.
Saludos desde esta tierra hermosa, San Luis Potosi.