jueves, agosto 14, 2008

Sobre la violencia, los videojuegos y Scooby-do(obidi doo)

Hace unos minutos leí una noticia de que en Alemania, a partir de... hace poco... oficialmente se considera a los videojuegos como parte de la cultura. Esto a raíz de que finalmente la asociación de fabricantes de videojuegos del país se incorporó a la secretaría de cultura, o algo por el estilo (link al final del post).

Un triunfo para la comunidad de videojuegos, supongo. Pero eso no es lo interesante. Lo interesante es que, como discurso de derrota (como cuando los villanos dicen "Volveré" o "Pagarás por esto" o "Todo por culpa de esos adolescentes entrometidos y su perro idiota!", o bien, un más refinado "Al cabo y que ni quería conquistar el mundo..."), la noticia dice, y cito: "La decisión resultó controvertida sobre todo por el alto contenido bélico de muchos de los juegos, lo que hace que su inclusión en el ámbito cultural signifique una tácita aprobación de la violencia.". Y con esto entro en un tema cuyo tratamiento usual siempre me ha molestado: La violencia en los videojuegos.

Hay quienes recuerdan a los videojuegos por sus escenas GORE tan bellas y detalladas, llenas de chorros de sangre que manchan las sábanas, intestinos que caen al suelo más allá de las manos del dueño que desesperadamente intenta metérselos de vuelta con el afán de poder ir a cagar una vez más antes de morir, bravos caballeros atravesando con una espada a dos o tres oponentes a la vez, regicidios pintorezcos con decapitaciones y ahorcamientos, reyes asesinando a una esposa tras otra por no darles un primogénito varón, mujeres atadas a un palo y quemadas vivas, etc.

Las personas que recuerdan videojuegos por eso que describí antes son unas idiotas, porque ninguna de esas escenas viene de un videojuego, sino de, respectivamente, vida real, película y libro (no relacionados entre sí), un mural en alguna parte del sur del país, historia real, historia real, historia real.

Claro, las películas tienen clasificaciones, de tal manera que, en principio, un niño no tiene acceso al contenido de las películas para adultos, ni viceversa (ver disney hace estragos en la mente de un adulto... he visto a buenas mentes caer por esto mismo, cuidado), lo cual es mentira, claro está, pero eso no es culpa de la industria. Quién podría olvidar películas como Viernes 13, Halloween y pendejadas de esa índole, o series tan famosas, sangrientas y llenas de sufrimiento como ER, Strong Medicine, Dos mujeres y un camino y los Teletubbies. El cine, sin embargo, es considerado cultura.

De las pinturas no hay mucho qué decir, o más bien hay demasiado qué decir, pero yo no podría decirlo. Las escenas más violentas, sangrientas, crueles y por demás nudistas las he visto en pinturas. La imaginación y las habilidades de los pintores de la edad media, por dar un ejemplo, van mucho más allá del realismo de los juegos tridimensionales. Mujeres violadas y mutiladas por enjambres de hombres, gente decapitada, hombres desmembrados, personas sin brazos o piernas, pinturas muy específicas y detalladas de escenas sangrientas de la guerra, todas exhibidas como lo más grande del arte de ciertas épocas en museos a los que los adultos alientan a los niños a ir y de los cuales deben aprender! Aprender!! (sólo para darle dramatismo a un texto otherwise aburrido).

Los libros... qué decir de los libros! Libros en los que se detallan asesinatos hasta el más íntimo detalle sobre la punta del pene del sujeto que estaba viendo al asesino descuartizar a su víctima desde la ventana del granero mientras se masturbaba (la víctima) y los demás reían macabramente, también masturbándose y, curiosamente, también macabramente. O quizá eso lo soñé. Historias en las que un sujeto con un agujero en la garganta planea y ejecuta una secuencia de eventos con la única intención de vengarse de los dos sujetos que asesinaron a su padre, para lo cual usa a una tipa que seduce y se tira a los dos (no en un trío, sino por separado, en varias ocasiones, estando los dos conscientes de lo que sucedía) durante meses con el único propósito de llevarlos a una casa y asesinarlos brutalmente. Juro que esto sí lo leí en un libro y no tiene NADA que ver con el Tycho (bueno, habría que preguntarle al autor del libro... algunos encuentran musas en lugares muy extraños). Curiosamente los únicos libros betados son aquéllos con mensajes proselitistas o, de plano, anarquistas.

Y de los videojuegos ni hablar! Es casi increíble la cantidad de sangre, crueldad y sexo que existe en juegos que se han convertido en clásicos de todos los tiempos, como Pacman, no conforme con acaparar toda la comida que existe en un lugar, que debería alcanzar para todos pero éste, siendo un obeso adicto a la comida (por Dios, es esférico!), decide que no es suficiente ni para sí mismo, así que no conforme con acaparar toda la comida, se vuelve después en contra de sus habitantes DEVORÁNDOLOS VIVOS! Ni hablar de ese juego sobre exclavitud, condiciones subhumanas y una política de igualdad en la miseria donde no se hace diferencia entre morado, amarillo o rojo, todos son igualmente despreciables y merecen pudrirse en un cuarto oscuro, acomodados de la manera más eficiente posible para que puedas acomodar más y más, tu almacén de esclavos nunca se llene (pues los cadáveres son devorados por los que aún viven, pese a que están en avanzado estado de descomposición (como el Tycho)) y así acumular puntos y puntos y más puntos, pudiendo así, en algunas variantes del juego, desvestir a las hembras de la aldea y, en tu mente, entrar en actividades lascivas con ellas. Hablo, obviamente, del terrible tetris. Esos productores de videojuegos no respetan nada! No existe nada sagrado ante sus ojos. Y claro, está el asunto de que los videojuegos no tienen ningún tipo de control parental y los padres no tienen ni la más remota posibilidad de saber cuál juego es adecuado para su hijos y... ok, no, ya basta! El sarcasmo tiene sus límites.



La diferencia entre los videojuegos y todo lo antes mencionado es, claro está, la interactividad. Tú decides qué sucede y cómo sucede, eres parte de la acción de una manera particularmente directa y... qué importa eso? La televisión me ha enseñado más sobre cómo asesinar a un hombre que los videojuegos. Los libros me han enseñado más sobre cosas sexuales y por demás perversas que los videojuegos (y eso que no leo pornografía... aún) y sobre actos despiadados, crueles, viles, traicioneros, bajos, asquerosos y más allá de la imaginación del hombre común tengo en mi mente lo que me enseñaron en la primaria y secundaria sobre la historia humana.

Mi teoría es que el problema con los videojuegos es que son mayoritariamente para jóvenes. Los jóvenes los juegan y los jóvenes se descarrilan, pierden el control y terminan violando a lAs jóvenes, mientras un sujeto observa desde la ventana del granero mientras todos se masturban y ríen macabramente. OBVIAMENTE no es culpa de la falta de atención, el maltrato y la ausencia de vocación (como bien dice Serrat) de los padres, no, no, no, es todo culpa de los videojuegos, el rock y las drogas (nótese que muchas personas que conozco, incluyéndome, le hemos entrado a las tres y, que yo sepa, ninguno de ellos ha cometido actos extraños, aunque de seguro sí se han masturbado macabramente).

Hasta coraje me da ir a una tienda y oir a un grupo de morritos decir "Yo tengo ése, yo también, yo también, yo también", cuando "ése" es Rated M, Mature +17. Pinches padres idiotas, todo es su culpa. Obviamente si el juego se llama "Assassins and rapists go amok ravaging the streets of London with their guns and dicks" no se lo debes comprar a tu hijo de 8 años...


Como si no tuviera nada que hacer en este momento (en ESTE momento sí tengo algo que hacer, y no es escribir pendejadas).


Noticia sobre videojuegos en alemania