jueves, noviembre 05, 2009

4 niveles y contando.

Ahora estudio matemáticas.

Entré a una maestría en matemáticas porque no podía soportar siquiera imaginarme sentado en la parte de atrás de un salón escuchando por n-ésima vez la introducción a la cuántica. La sola idea de volver a ver la ecuación de Schrödinger al mismo nivel al que la vi en la licenciatura, por n-ésima vez, hizo que mi cabeza explotara varias veces. Lo bueno es que San Luis sí tiene variedad en tiendas y encontré una que vende el modelo exacto de mi cabeza.

No es que no soporte la física sino que no soporto que el imbécil estudiante promedio que entra a una maestría en física no sabe nada de cuántica, electro o física estadística, por lo que todos (supongo) los programas de maestría incluyen esas clases. Estoy HARTO de ver la ley de Gaus y la estúpida ecuación del estúpido Schrödinger que se cree muy listo porque revolucionó la manera en que vemos la física (aunque lo que hizo no es mucho mejor que cucharear ciegamente). En lugar de perder su/mi/me/contigo tiempo viendo esas idioteces deberían entrar en discusiones interesantes sobre esos temas tan extraños. Hablar de física actual (no, la física moderna NO es actual) y, si quieren hablar de física vieja, al menos ahondar en el tema.

Y todo esto viene a ser el desenlace (bueno, quizá todavía no, pues todavía faltan más niveles de estudio) de una cadena de decepciones que he venido sufriendo desde la primaria. Cada año prometían que el siguiente sería más difícil, complicado, que estudiaríamos cosas más intrincadas y que disecaríamos cerdos vivos. Pero no, cada año de la primaria pasábamos medio año repasando las cosas del año anterior porque los niños parecen tener la capacidad de retención comparable a encontrarte un dedal lleno de agua cuando llevas dos días perdido en el desierto. El resto del año nos lo pasábamos viendo dos temas una y otra y otra vez porque, de nuevo, los niños son unos idiotas que merecen morir. Luego en sexto comenzaron las promesas de la secundaria. Un nuevo nivel con más dificultad que el Battletoads de nintendo en modo de dos jugadores, con maestros especializados en cada materia, más tarea, más exámenes, más cerdos y, sobre todo, más brasieres. Pero no, nada de eso. Los maestros de secundaria eran, son y siempre serán unos perdedores. No saben nada y se dedican a ponerte a hacer una serie de actividades "didácticas" idiotas, como hacer cartulinas, dibujos y resolver ecuaciones diferenciales no lineales analíticamente. Todavía recuerdo al imbécil de mi maestro de historia en Secundaria que nos ponía a copiar los dibujos del libro. Hasta la fecha recuerdo uno de los dibujos más complicados que tuvimos que copiar. Y la historia? No sé. Sólo recuerdo el cañón y un sujeto afeminado tirado muy plácidamente sobre éste. Parecía estar vivo, pero nunca le pregunté.

Cada año de la secundaria fue un asco académicamente hablando y una decepción horrible. Aunque he de admitir que sí hubo más brasieres, pero difícilmente compensaba todas las fallas de la escuela. Si tan solo hubiera sabido algo de topología en aquel entonces quizá habría podido aprender algo del creciente flujo de senos a mi alrededor, pero no. Ni siquiera sabía cálculo y como todo buen hombre y lesbiana sabe, no se puede uno divertir con un par de senos a menos que se sepa cálculo. Por eso hay tantos jotos en enfermería.

A decir verdad, la prepa es el único nivel que no me decepcionó. Ahí sí suponían que había algo más que algodón de azúcar en mi cráneo y encontraron alguna manera de relacionar el hecho de que los alumnos pagan un chingo por estar ahí con la idea de explotarlos. Brillante. Viniendo de 9 años de no hacer nada productivo y sacar calificaciones decentes, me fue muy difícil adaptarme a la idea de tener que hacer cosas tan ajenas a mí como tarea y estudiar. Por eso reprobé varias materias al principio. Curiosamente las materias que reprobé fueron mate 1, mate 2 e inglés 5 (y químicas 1 y 2, pero eso no tiene nada de curioso porque ODIO la química). Una vez que agarré la onda y me adapté al ritmo, tuve los dos semestres más agradables de mi vida. Me la pasaba todo el día en chinga, teniendo más carga de la normal para graduarme a tiempo, yendo a jugar Pingpong en una hora libre casi todos los días con Falaz o jugando starcraft en laptops ajenas, estando en voley ball y en dibujo y saliendo con mis amigos. Es la única vez en la vida que he tenido un ritmo agradable, rápido y que al final del día caiga muerto en la cama.

Luego, por supuesto, la universidad. Cuando estaba en la prepa tuve una revelación divina: Dios no existe. Luego tuve otra revelación, pero no-divina (sería estúpido que fuera divina, considerando la revelación anterior): quería estudiar matemáticas. Unos días después comentéselo a Falaz quien me dijo que él quería estudiar física. Hasta ese momento no lo había considerado, pero la física sonaba más interesante que las matemáticas. Así terminé en el hoyo miserable del departamento de física de la UNISON. Aunque fue un periodo generalmente agradable de mi vida, académicamente esperaba mucho más. Ciertamente esperaba no poder siquiera acercarme a pasar las materias sin necesidad de ir a clases, mamársela a los maestros o hacer cualquier esfuerzo significativo, pero ése no fue el caso. Regresé a mis malos hábitos de la secundaria y me pasé la licenciatura haciendo nada. Ni siquiera se la mamé a nadie.

Y fue una estafa! La cantidad de brasieres disminuyó considerablemente en la universidad. Estúpidas físicas complejas (cuerpos reales, senos imaginarios).

Después de 16 años de educación puedo asegurar categóricamente que lo que ahorita recuerdo de lo que me enseñaron lo pude haber aprendido en menos de un año leyendo todos los días libros interesantes (No, los de la SEP NO son interesantes y mucho menos los de vampiros emos!). Con la notable excepción de algunos maestros de la prepa (Perra, Macario, Claudia y Darren) y de la universidad (ejemplos numerosos, pero ciertamente no la mayoría), ninguno fue útil en lo absoluto! Nada decían que no estuviera mejor dicho en un libro.

Y luego llegar a la maestría y que el maestro de cuántica me diga que la definición de Hermitiano en la notación de Dirac es así porque él lo dice, a pesar de ser contraintuitiva, es una mentada de madre equiparable a aquella vez que me... mentaron la madre muy feo... sí... . La única razón por la cual mi año en esa maestría no fue una total pérdida de tiempo es que en algún momento me puse a leer el Jackson y ese wey es muy hombre; le ha de llegar hasta la rodilla y de seguro maneja un triciclo.


Pues bueno, difícilmente puedo comparar las clases que ahorita llevo en matemáticas con alguna otra clase porque los temas son totalmente distintos. Tengo un maestro que fácilmente supera en asquerosidad crónica-degenerativa a cualquier otro maestro que haya tenido desde la prepa (aunque es superado por mucho por esa bruja asquerosa que me dio mate en segundo de secundaria que me odiaba con toda su alma porque la corregí dos veces al principio del año (y porque era tan horrible que mi poca fe en la humanidad me asegura que ningún hombre se ha atrevido a tocarla jamás, por lo que odia a todo mundo). Que un alumno corrija al maestro debería ser motivo de celebración y de una lluvia de vírgenes desnudas y necesitadas, pero esta maestra no lo vio así y lo tomó como motivo para decirme que era un idiota (no lo dijo con esas palabras, pero así lo vi yo antes de reirme de ella)). Tengo otro maestro que ha demostrado una capacidad impresionante para resolver los problemas que nos deja, pero cuyo cerebro está tan desordenado que encontrar la corteza le tomaría tres días a un equipo de búsqueda equipado con perros y con perras. Mi tercer maestro... no sabría qué decir de él. Parece un buen maestro pero creo que sólo he entrado a 3 de sus clases. Curiosamente esto no es mi culpa (lo juro!) sino que él no va!

Probablemente se deba a que soy físico y por ello no he sentido el Rigor matemático en todo su esplendor. El punto es que me cuesta trabajo seguir las clases. Y cuando digo que me cuesta trabajo me refiero a que no puedo darme el lujo de tener viajes astrales durante las clases y limitarme a ver el pizarrón cada 10 minutos para captar lo que está explicando el maestro. Realmente tengo que poner atención!

Quizá una vez que me acostumbre al Rigor el efecto pase, pero por lo pronto estoy disfrutando mi aprendizaje de las matemáticas formales y en todo momento estoy viendo posibles aplicaciones a la física.

Todavía no estoy seguro, pero probablemente termine arrepintiéndome de haber entrado a una maestría en física al principio.

Finalmente tengo aspiraciones en la vida. No son a largo plazo precisamente y ciertamente no constituyen un plan de vida, pero por primera vez tengo algo en mente. Quiero entrar a un buen doctorado. En mi desgracia extrema terminé dándome cuenta de que los mejores departamentos de Teoría de Partículas en el mundo se encuentran en Estados Unidos así que muy en contra de mi religión, mi aspiración ahora es que me acepten en una buena universidad Gringa.

La verdad es que vivir en EUA no me entusiasma mucho. Preferiría vivir en Europa donde, mis fuentes me informan, por cada hombre hay diez viejas buenas y semi desnudas esperando a que las lubriques. También me informan que, a diferencia de lo que me decían mis padres de niño (o sea, hasta la fecha), el dinero SÍ se da en los árboles y, lo más importante de todo, no hay guachos. Cabe mencionar que mis fuentes no son muy confiables. Empero, los europeos parecen estar obsesionados con los experimentos del CERN y los pocos verdaderos grupos teóricos que hay publican menos artículos que cualquier investigador de Princeton o Cornell publica por sí solo después de una lobotomía.

Mi único problema es que me cuesta mucho trabajo salirme de las costumbres que he tenido desde los seis años (excepto el último de prepa). Espero lograrlo.

Todavía estoy esperando esos cerdos...